De tamaño mini y con esas motas irregulares en su cascara, que les confieren cierto aire prehistórico, son probablemente los más desconocidos en nuestras cocinas. No obstante, te sorprenderás al descubrir el tesoro nutricional que los huevos de codorniz guardan en su interior. A continuación, te lo contamos todo.
Gracias a su alto contenido en vitaminas, minerales y proteínas, se les atribuye propiedades curativas y dietéticas. De hecho, los chinos llevan miles de años utilizándolos para combatir trastornos respiratorios, como la rinitis o el asma.
Con sus 9 gramos de peso promedio, el huevo de codorniz, destaca por su elevado contenido de minerales como fósforo, sodio, potasio, calcio y magnesio. En vitaminas tampoco se quedan atrás, aportan todas salvo la C. Además, sus proteínas son de alta calidad y facilitan la digestión.
Otro de sus valores más reconocidos, es su alto contenido de Omega 3 y selenio, compuestos importantes para la regeneración de células y protector del sistema cardiovascular.
Por todo ello, es considerado un súper alimento. Recomendado para todas la familia, resulta especialmente beneficioso para los niños y las mujeres embarazadas. Ya que son una excelente fuente de colina, nutriente esencial para el desarrollo físico e intelectual. Se ha visto que la falta de esta sustancia puede ocasionar retrasos en el crecimiento y problemas cerebrales. Al mismo tiempo, la colina cuida de nuestra memoria y previene enfermedades del corazón y piedras en la vesícula biliar.
Como ves, con el huevo de codorniz todo son beneficios para nuestra salud:
- Bajo en grasas saturadas, alto en colesterol del “bueno” y bajo en colesterol del “malo”.
- Ayuda a combatir trastornos respiratorios como asma, rinitis y algunas alergias. Gracias a las proteínas de ovomucoide que contienen combaten eficazmente los síntomas alérgicos.
- Estabiliza el sistema nervioso, ayuda con problemas de insomnio, migrañas, ansiedad y/o estrés.
- Combate la anemia, pues eleva el nivel de hemoglobina en el cuerpo mientras va eliminando toxinas y metales pesados.
- Refuerzan nuestro sistema inmune. Comer de tres a cinco huevos de codorniz cada mañana promueve un sistema inmune fuerte y mejora el metabolismo.
Así es como muchos estudios corroboran que el consumo regular de huevos de codorniz nos ayuda contra muchas enfermedades y mejora nuestra salud en general.
¿Cómo incluirlos en nuestra dieta?
Aunque comerlos crudos es la mejor manera de consumirlos para aprovechar al máximo todos sus nutrientes, existen mil y una formas deliciosas.
Son típicos en aperitivos, servidos cocidos con atún y guindilla. Cocinados al plato con guisantes y judías, fritos acompañando cualquier otro ingrediente como sobrasada, jamón, pimientos, etc.
Nosotros te recomendamos acompañarlos en tostada con tomate (y si quieres con jamón) en el desayuno. Una manera sencilla y sana de incorporarlos a tu rutina diaria y asegurarte que empiezas la mañana con todos sus beneficiosos nutrientes.
¿Conocías las propiedades y beneficios de incluir los huevos de codorniz en tu dieta?
Cuéntanos, y tú ¿cómo los preparas? Esperamos tus comentarios.